QUE QUEREMOS LAS MUJERES?
“Tradicionalmente se nos enseña que las mujeres no necesitamos el poder, el de los hombres .Se nos dice que nuestro poder es nuestro cuerpo, que atrae, seduce y finalmente procrea .Que nuestro carácter femenino es la otra fuente de poder, el poder de la dulzura, de la suavidad y de la ternura.” En Genero y Poder , Graciela Hierro,1991.
Ser mujer es una condición de vida donde casi todas las mujeres continuamos las tradiciones que nuestras generaciones familiares han mantenido a lo largo del tiempo. Las antiguas amas de casa, esposas y madres lograban su autorrealización asumiendo estos roles. Ser obediente, hacendosa, tierna, cariñosa, con sentido del humor, atenta y servicial eran solo algunos de los atributos deseables en “”una buena esposa”
Si una mujer llega a los veinticinco años y aún no tiene un anillo de compromiso empieza a ver con desesperación su situación, al parecer se está desviando de las expectativas familiares y sociales impuestas. A los treinta esta misma condición es lamentable, -empieza a ser urgente encontrar a alguien, aunque sea solo para procrear- sobre todo si pertenece a un matriarcado de madres solteras. Y una mujer a los cuarenta se ha convertido en el hazme-reír de aquellas que si lograron atrapar marido, una cuarentona cuyo destino es cuidar a los sobrinos para canalizar su instinto materno, buscar algún lugar en la iglesia, dar catecismo, hacer labor social, pues “’se quedó para vestir santos”.
Con el ingreso de la mujer al sistema productivo, a mediados del siglo pasado estas condiciones se transforman. y las exigencias del mercado laboral obligan a la mujer a responder con una adecuada preparación laboral, académica y a veces también política Cada día hay más mujeres estudiosas, empresarias, profesionistas exitosas que van conquistando lugares importantes en todos los ámbitos. Sin renunciar por ello a su rol de esposa y madre de familia. Pero el querer tenerlo todo, tiene un precio, y precisamente la renuncia a sí misma ha sido un resultado no previsto La mujer se debate entre la conquista de un lugar importante en el mercado laboral y el de ser una buena madre y esposa. Pero a veces debe elegir entre los dos.
“Gracias al trabajo la mujer ha franqueado en parte la distancia que la separaba del varón. Únicamente el trabajo es el que puede garantizarle una libertad concreta. Tan pronto como deja de ser un parásito, el sistema fundado sobre su dependencia se derrumba. La maldición que pesa sobre la mujer vasalla consiste en que no le está permitido hacer nada; entones se obstina en la imposible persecución del ser a través del narcisismo, del amor, la religión; productora y activa reconquista su trascendencia; en sus proyectos se afirma concretamente como sujeto; por su relación con el fin que persigue, con el dinero y los derechos que se apropia, experimenta su responsabilidad” Beauvier Simone El Segundo Sexo 2010
Es admirable todo lo que las mujeres hemos conseguido en relación a nuestros derechos sociales, laborales y familiares, es innegable que hay una gran distancia entre las mujeres del siglo pasado y las de ahora, las luchas ,las batallas que se tuvieron que dar de frente a las instituciones dirigidas por los hombres han dado resultados,- no siempre los mejores-.
Si ya no tenemos el poder de la seducción, ni el de la procreación como medios absolutos para nuestra auto-realización, y hemos dejado de ser dulces. Suaves y tiernas? Cuál es el poder que la mujer ostenta para ganarse un lugar? Significa entonces que la mujer actual ha dejado su lugar de servidumbre doméstica en un segundo plano, para incorporarse de lleno al trabajo en ámbitos de mayor trascendencia, de toma de decisiones, en esferas políticas, de poder y ser ella quien decida el rumbo de la sociedad a la que pertenece. Este es nuestro gran reto, ser merecedoras de las oportunidades que la vida moderna ofrece.
No es falta de libertad el problema de la mujer moderna, es que va hacer con los viejos estereotipos? Que va hacer con las creencias que arrastra desde tiempo inmemorial. Que va hacer para dejar de responder emocionalmente? Tendrá que madurar en muchos sentidos, crearse nuevos recursos, inventarse otras formas para negociar ante todos los ardides usados en su contra para que regrese a casa .Pues en teoría buscamos igualdad, pero en los hechos nos sometemos y dependemos emocionalmente del hombre. Necesitamos la aprobación del esposo, de la familia y de la sociedad.
Que desean las mujeres modernas? Llegar tarde a casa, fumar, beber, asistir a fiestas, no pedir permiso, no dar cuenta de sus actos, gastar su dinero en sí mismas, es más ser ellas las que pagan a los hombres las bebidas y salidas, esto no es igualdad, más bien es competencia, es falta de respeto hacia sí mismas y un poco de libertinaje. Esto significa que el sentido que dan a su liberación está en proporción directa a realizar cosas que hasta hace poco les estaban permitidas solo a los hombres
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Las mujeres que así se manifiestan además de estar empeñadas en demostrar su autosuficiencia y su dizque igualdad, deberían prepararse más y mejor para tener relaciones satisfactorias consigo mismas para empezar, y después con los demás: relaciones que aporten equilibrio emocional, crecimiento, que contribuyan a un bienestar común: sean de solidaridad, amistad, empatía y compromiso.
El hombre al ser relegado del sistema familiar se le está separando, se le está dejando fuera, y para no crearse problemas prefiere claudicar, hacerse a un lado. El empoderamiento de las mujeres ha desarmado al hombre pero también le ha quitado la brújula que lo guiaba dentro del seno familiar.Es así como la mujer va perdiendo al hombre, en ese desencuentro de sí misma, no solo no se halla, sino que ha perdido al marido, al amante, al amigo. Y quienes más dicen no necesitar de los hombres son las que más se han ensañado con ellos para discriminarlos.
Este empoderamiento del matriarcado moderno muy mal entendido de ninguna manera es justo para nadie: cabe reflexionar en donde se perdió el rumbo? que papeles podemos conservar y cuales proponer para equilibrar la vida en pareja? pues su deterioro nos sigue perdiendo a todos en todos los sentidos.
Dibujo reproducción a lápiz de Carolyn Orozco de la pintura original de Cordelia Urueta |1908-1995 La voz 1958, Museo de Arte moderno.