BURLAR LA MUERTE…
“La antigua obsesión mexicana de la muerte subyace como una parte orgánica del pensamiento de México. Surge como una motivación en el arte antes de la conquista, sobrevive durante todo el periodo colonial y reaparece una y otra vez. Hay calaveras en monolitos de lava, en miniaturas de oro y cristal, en máscaras de obsidiana y jade; cráneos esculpidos en muros, moldeados en vasijas, encontrados en pergaminos, dibujados sobre telas; se les encuentra en glifos y con un esqueleto y una ocupación en juguetes infantiles; moldeadas en silbatos, alcancías, matracas, campanas, máscaras y joyería. La calavera tiene muchos significados en el habla mexicana. La lucen dioses, payasos, demonios y demás personería de la sapiencia mexicana. Hay hasta un día nacional en su honor.”
Anita Brenner, El mesías mexicano. Anatomía del Mexicano Roger Bartra, México.2005
La muerte en los vocabularios arcaicos, aún no existe como concepto; se habla de ella como de un sueño, como de un viaje, de un nacimiento, de una enfermedad, de un accidente, de un maleficio, de la entrada en la residencia de los antepasados.
El hombre se hace humano desde que entierra a sus muertos.
La especie humana es la única para la que la muerte está presente toda su vida, la única que hace acompañar a la muerte con un ritual funerario, la única que cree en la supervivencia y en la resurrección de los muertos. Afanados en esquivarla buscamos la protección en santos, ángeles y arcángeles; así también en infinidad de objetos, reliquias y fetiches a los cuales les otorgamos poderes sobrenaturales.
El ser humano evita la muerte, es un tema del que no se habla, pues teme atraer de este modo, busca de manera incansable burlarla, jamás toparse con ella cara a cara. Para ello elabora planes, hace demasiados proyectos, se mantiene ocupado, se inventa compromisos, hace su vida complicada con la creencia de que así la muerte pasará de largo.
«….el miedo nos hace volver el rostro, darle la espalda a la muerte. Y al negarnos a contemplarla, nos cerramos fatalmente a la vida, que es una totalidad que la lleva en sí. Lo abierto es el mundo en donde los contrarios se reconcilian y la luz y la sombra se funden. Esta concepción tiende a devolver a la muerte su sentido original; que nuestra época le ha arrebatado: vida y muerte son contrarios que se complementan. Ambas son mitades de una esfera que nosotros sujetos a tiempo y espacio no podemos sino entrever.
…si en la fiesta, la borrachera o en la confidencia nos abrimos, lo hacemos con tal violencia que nos desgarramos y acabamos por anularnos. Y ante la muerte, como ante la vida, nos alzamos de hombros y le oponemos un silencio o una sonrisa desdeñosa….»
México en la obra de Octavio Paz, Todos Santos Día de Muertos. Edit. Círculo de lectores.Méx. 1979
La muerte no es una idea, sino antes bien una imagen, como diría Bachelard, <una metáfora de la vida>.El drama de la vida es la muerte, desde que nacemos se nos hace saber que morir es nuestro destino más seguro.
Es la demasiada importancia personal que nos damos a nosotros mismos la que nos impide verla como algo menos complicado, menos dramático. Porque si somos importantes solo lo es para aquellos que nos aman verdaderamente.
A lo largo de nuestra vida nos hemos hecho ideas de grandeza, de omnipotencia, de creernos indispensables, imposibles de sustituir. Porque entonces esta intrusa tiene que venir a arrancarnos del libreto hemos aprendido a jugar ante el mundo?
Nos hemos acostumbrado a interpretar a la muerte como la gran traidora de nuestros sueños de inmortalidad. Creemos que es cruel porque viene sin avisar. Y he aquí uno de los secretos a los que los humanos no podemos acceder…nadie conoce con exactitud el momento en que va a morir.
» Morir es perder un lugar en la casa y en el mundo, dejar por ahí mis pertenencias, todo aquello que fue mío y le confirió sentido a mi vida. Morir es dejar de estar presente con los vivos, desaparecer de manera física para el mundo que me rodea.
El horror a la muerte es, pues la emoción, el sentimiento o la conciencia de la pérdida de la propia individualidad. Emoción, sacudida de dolor, de terror y de horror.
Conciencia de un vacío, de una nada, que aparece allí donde antes había estado la plenitud individual».
El hombre y la muerte , Edgar Morín, Edit Kairos, pags 9,24,31 México 1994
Carlos Gustavo Jung acentúa que familiarizarse con la idea de la muerte es uno de los intereses más importantes del hombre que envejece. Entendiendo a la muerte como una división entre materia y psique. Al morir nos desprendemos del cuerpo que solo representa la parte física que nos contiene.Prepararnos para morir es la aceptación de ella, destruyendo los mitos que la acompañan, si es lo único seguro que tenemos hay que prepararnos a bien morir, dejar de verla como algo macabro, finalmente ha estado detrás de nosotros siempre.
Humanizar a la muerte es verla desde distintos ángulos, sin juzgarla, reconocer que es un misterio,es aceptar que un día vendrá simplemente y hay que estar preparados para seguirla.
Bien por la muerte que es la que viene, más no espanta al mortal como al inmortal. saludos
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gracias por tomarte tiempo para leer.
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