Petra por su Casa
La recuerdo sonriente, siempre alegre y jocosa, juguetona, parlanchina, invariablemente rodeada de chiquillos tramando un sinfín de travesuras. Ocurrente a más no poder, con una gran creatividad para divertir y pasarla a gusto, sin jamás preocuparse por nadie y por nada
Edelmira es gruesa, con una cara cuadrada, de mirada desconfiada y caminar titubeante, se ha vuelto solemne, hay un dejo de tristeza en su mirada, vive en la añoranza de sus tiempos de juventud, donde conoció el amor, el éxito, el placer, la abundancia. A Edelmira por el lugar que ocupa en su clan familiar le toco ser nana de algunos de sus hermanos, la obligaron a crecer siendo una niña, no pudo prolongar su etapa de juegos con muñecos ya que estos fueron substituidos por el hermanito que año con año su madre daba a luz.
Edelmira fue la hija favorita de su madre quien le dio un lugar privilegiado entre sus hermanos, a cualquiera se le podía castigar menos a ella. Entonces a veces los castigos que le tocaban a ella su papá los repartía entre sus demás hermanos. Quizá de aquí provienen las relaciones un poco tensas que mantiene con algunos de ellos. Nuestra buena amiga cree que debería ser tratada como lo hacía su madre, pero esta murió hace ya un buen tiempo, y de alguna forma Edelmira tiende a relacionarse de una manera abrupta con su gente más cercana.
A Edelmira nunca le gustaron las labores escolares, ¡que fastidio aprender a multiplicar!¡a pronunciar letras!, ¡identificar lugares remotos que quizá nunca fuese a visitar! ella prefería contar chistes, bailar, brincar, corretear insectos, cortar frutillas silvestres, llenarse la barriga de fruta verde bajada de los árboles. Su vida infantil era un vacacionar permanente, nada se tomaba en serio y hasta los severos castigos de su padre le resultaban divertidos. Pudo haber sido una bailarina famosa si se le hubiese encausado bien, pero en el seno familiar donde vino a caer no había tiempo para planear el futuro, y mucho menos para conocer las necesidades de cada descendiente. Papá y Mamá cumplían con alimentar frugalmente a sus hijos pero desconocían su vida emocional, sus aptitudes y mucho menos estaban al pendiente de sus avances y retrocesos para desarrollarse. Así que creció un poquitín torcida a falta de atención de sus progenitores. Edelmira tomaba semillas de aquí y de allá, frutas, hortalizas y todo lo que apareciese ante ella sin custodia visible, era algo que disfrutaba mucho, y hasta hoy que ya es mayor lo sigue haciendo, pues nunca interiorizo que cada cosa tiene un dueño.
Su gran pasión es estar al tanto de su familia así que se pasa de visita con cada una de las tías, primas, sobrinas y demás descendencia, es uno de sus grandes valores la convivencia familiar, ella puede renunciar a muchas cosas pero por nada se pierde el pasar lista con su parentela. Y vaya que se preocupa por todos ellos, resulta conmovedor lo acomedida, lo servicial, y el gran interés que tiene por mantener a su gente unida.
En la familia de Edelmira se carecía de centro, así que la maduración en cada uno de sus hermanos llevó un poquitín más de tiempo y es quizá en lo más profundo de su ser hay una renuencia a madurar y responsabilizarse de su vida. Camina adoptando facetas de niña desprotegida y quizá sin darse cuenta lo usa para chantajear emocionalmente a los demás. Le ha servido para recibir apoyos de muchas índoles de parte de sus parientes y demás gente a su alrededor.
Edelmira es muy buena para dibujar, tiene mucha facilidad para elaborar caricaturas. Así que invierte una gran parte de su tiempo a plasmar caritas sonrientes, enojadas, malévolas de personajes animados que va a entregar en una editorial, lo que resulta cruel es que recibe muy poco a cambio, pues ella no sabe el valor comercial de su trabajo extraordinariamente creativo. Este es un don heredado de su abuela materna, ella siempre hizo dibujos geniales, mismos que le dieron sustento en demasiadas ocasiones pues sus amigas le hacían encargos de perros, gatos, conejos, ardillas, loros, pájaros y cualquier especie del mundo animal.
También es excelente para la repostería, le fascina preparar pasteles en miniatura de muchos colores y sabores, siempre mesclando nuevas texturas, nuevas combinaciones .que orgullosamente elabora en cada reunión familiar, recetas secretas que nadie conoce.
Ella cree que es una «guerrera justiciera», que vino al mundo a poner a cada oveja descarriada en su lugar, así que no se muerde la boca para decirle sus «verdades» a cuantos se cruzan por su vida. Sus delirios de grandeza le hacen imaginar que ella es una elegida de dios, portadora de la verdad, «su verdad» obviamente, y que su misión en esta vida es darla a conocer a personas desarraigadas. ¡¡¡Ahh que diera por viajar a la India, o al Africa y llevar la luz de Dios a toda esa gente que vive en las tinieblas ya que danzan con el diablo. Edelmira no ha podido acomodar de manera amigable la infinidad de experiencias desagradables que ha venido a padecer. La influencia del clan familiar pesa demasiado sobre sus hombros, ella carga sin saberlo con mandatos ancestrales que la mantienen prisionera, su libertad depende del grado de conciencia que pudiese lograr con tan solo aplicar a su vida todo aquello que predica.
Edelmira no es mala, solo que sus creencias la arrastran a realizar cosas que resultan abominables, es demasiado tóxica y la relación con ella debe ser con pincitas ya que todo lo interpreta y retuerce a conveniencia. Siempre está dispuesta a dar favores para que posteriormente esto implique ponerse con ella en un alto nivel de deuda, es ingeniosa, es creativa, es original, tiene talentos artísticos, y no pocas virtudes que ni ella misma conoce. Es una lástima que en esta vida no pueda mirarse, reconocerse, alegrarse de ser quien es y amarse.
Hoy Edelmira encontró con un viejo pretendiente y han estado saliendo de vez en vez, él le ha propuesto que venga a vivir con él y Edelmira está sumamente emocionada, ¡que pena! pues Urtecho le anda diciendo y prometiendo esto mismo a media docena de mujeres con las que en alguna época tuvo algún tipo de acercamiento. ¿Porque siendo tan desconfiada con los demás resulta tan crédula con los hombres?
Edelmira podría ser más feliz si pudiese reconocerse en sus imperfecciones, necesita conocerse y conectarse con la gente a través del amor, de un amor basto sin condiciones, sin exigir garantías de nada. Necesita aprender a confiar en ella y en el gran potencial que tiene. Toda su divinidad está agazapada queriendo salir pero no sabe cómo apropiárselo. Edelmira tiene que romper con su pasado, darle un re-significación a cada una de sus experiencias, hacer las paces con todo ello e instalarse en el presente, permitiéndose ser simple y sencillamente sin todas esas identidades que se ha ido inventando. El día que ella se acepte así al natural dejará de necesitar que los demás la vean.
Qué buenos artículos publicas Carito. Está buena Edelmira.
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Es un personaje muy significativo en mi niñez y adolescencia, es un tributo en realidad
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Desde ayer que hiciste favor de enviarme tu link «me Cache» (como bien lo dices) y pude observarme posponiendo situaciones, y sigo encontrando temas en los que me hacen pensar en mi realidad no enfrentada.
Pero a la vez contenta, porque es una nueva oportunidad para entenderme y aceptarme.
Gracias por compartir Caro. Es de gran ayuda.
Saludos y te envío un fuerte abrazo.
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Que goce saber que caen veintes, y ser partícipe de ellos, lo único que prevalece es el cambio! Saludos y mis mas cordiales abrazos!
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