Retorno a lo sagrado
¡Y sucedió que un día ellos empezaron a despertar, de ese sueño en el que muchas décadas permanecieron sumergidos!
“¡El mundo ha conocido locos tan hermosos¡ Todos los grandes hombres del mundo han sido un poco locos. Locos ante los ojos de la masa. Su locura residía en que no eran desgraciados, no sufrían de ansiedad.
No temían a la muerte.
Vivían cada momento con totalidad e intensidad.
Sus vidas eran hermosas flores, llenas de fragancia, amor, vida y risa.(1)
Humberto J. Escobedo Cetina, semillas de amor 1982 Oaxaca México
Ya son franqueables los cerrojos para acercarse y entrar, ya se anhela quedarse un mucho más, ensayan su espontaneidad mostrando su ser y ahora se gozan con placidez abiertamente abrazan todo lo que va llegando sin regatear descubren recursos para afrontar. El dolor del ahora comprenden que es inevitable y lo aceptan como parte de estar
en la antigua complicada forma de medio vivir, medio querer y medio ser. Ellos los de antaño llamaban amor a los apegos, a la posesividad, a controlar, manipular, violentar y engañar. Llenaban sus vacíos volcándose en comprar, acumulando cosas innecesarias que decían necesitar. Su lucha era para perseguir algo que ellos llamaban felicidad, corriendo y compitiendo, saciando, una especie de barriles sin llenar. Se juntaban más por necesidad, que por libertad, su ley fue a todo condicionar.

Empiezan a entender en que consiste la compasión, les sirve para mirar con cariño sus debilidades y poder así ampliar sus posibilidades
Aprenden a hablar: ahora sus interacciones dejan de estar plagada de juicios y suposiciones, ya no pretenden que al andar juntos se conocen y pueden adivinarse el pensamiento como una prueba de amor, de lealtad y de amistad. Ensayan ser abiertos, directos y francos, miran a los ojos, son sinceros, pueden pedir y dar a libre demanda.
Ahora deambulan hacia sus adentros con alegría, confían más en sus capacidades,, hay algo que los mueve hacia adelante, se prueban a si mismos y ante los demás ese maravilloso potencial que tenían guardado, ¡como medirse uno y otro traje, comprobando que les quedan muchos y que no tienen que conformarse con uno solo! No buscan definiciones, saben quién son y a donde van, hay un gozo fecundo cuando abrazan sus singularidad, saben que su fuerza nace de la vulnerabilidad
Estaban acostumbrados a ser guiados por alguien, sin mapas ni brújulas se movían al vaivén de las olas ajenas, tomados de la mano por la intuición, le hacen caso a su sabiduría interior, ya miran con alegría los grandes poderes y dones que poseen, han dejado de buscar afuera pedacitos de los grandes tesoros internos que de siempre les pertenecen.
Es en este encuentro gozoso de unos y otros donde se saben parte del mismo tejido lo único que desean es que los cercanos y lejanos estén bien, continúen bien y hacen lo posible para que así sea. Sienten en función del todo y de las partes, sin condiciones, no como intercambio ni competencia todo es más fácil, bonito, fresco, llenador, motivante, gratificante, es como si antes bebían vasos y más vasos de agua y nunca quedasen satisfechos y ahora con un poquito hubiese saciedad total.