El difícil arte de consolar

Cuando perdemos a un ser querido experimentamos un sinnúmero de emociones contradictorias: pueden ser tristeza, rabia,  dolor, culpa y  mucha confusión entre otras, todo nuestro equilibrio emocional se resquebraja y es entonces que necesitamos verdaderamente la  contención de  personas cercanas, es decir  aquellos con quienes nos sentimos cobijados y resguardados estos pueden ser familiares o amigos. No se recomienda querer afrontarlo solos, de manera heroica sin apoyo, ni ayuda concreta de los demás pues de lo que se trata es salir fortalecido de este proceso.

Recibir consuelo es imprescindible para transitar la experiencia de duelo en forma saludable, es un tipo de apoyo que pocas veces se pide y en el que contadas personas saben cómo brindarlo adecuadamente.

Consolar, del latin consolari es proporcionar ayuda a una persona para soportar una pena o disgusto (1)

Acompañar al doliente es estar presente, prestar todos nuestros sentidos para conectar con su dolor, no se necesita hablar, ni dar consejos, nada de interpretaciones ni de juicios, tampoco narrarle como vivimos  experiencias similares y aunque se asomen por ahí las ganas de restar o aumentar la  importancia de lo que está sintiendo por favor no lo hagas,  esto es  respetar lo manifiesto del doliente, la intensidad de sus emociones  y la forma de expresarlas. Lo que más necesita es contar con alguien que de  compañía, presencia y calidez.  Estar desde el corazón, tener una empatía constructiva donde nos abrimos, reconocemos las emociones presentes y damos escucha,  ternura, tranquilidad, aceptación, paz. Si la persona quiere hablar que hable, si desea llorar que llore, si desea ver fotos, cartas cosas del difunto que lo haga, que desahogue todo lo que esta atorado y le nubla la razón.

Aprender a dar consuelo es una herramienta de la inteligencia emocional, tiene que ver con una empatía compasiva, esto es conectar con la persona desde la compasión, vista a la compasión como esa capacidad de ver con claridad la naturaleza del sufrimiento. “Es esa habilidad de mantenerse firme y de reconocer también que no somos ajenos a ese sufrimiento”. No se debe confundir con la lástima, porque aquí percibimos al doliente como alguien indefenso y  sin recursos, entonces nos situamos en un plan superior, permanecer al mismo nivel requiere precisamente el enseñarle a usar todo lo que sabe y tiene para transitar por esta experiencia.

“Con la compasión se  activa la corteza motora, lo cual  significa que aspiramos a transformar el sufrimiento. Y, si somos muy bendecidos, nos involucramos en actividades que transforman el sufrimiento. Pero la compasión tiene enemigos, y esos enemigos son cosas como la lástima, la indignación moral, el miedo” (2)

Y para avanzar en el difícil proceso de duelo te animo a que cada vez que sientas dolor, esa tristeza intensa que llega y te invade por dentro, intenta substituirla por amor, un grande amor hacia lo que tuviste, amor por todos los buenos momentos vividos

Como decía Hemingway:

“Ahora no es momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay”

Referencias

(1 ) diccionario de la Lengua Española 2016 Larousse editorial S.L

(2 )La compasión y el verdadero significado de la empatía Joan Halifax (ted talks. dic. 2010. ted

Photo by Anthony DeRosa on Pexels.com

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