Viviendo mi expansión

Como en una gestación que da el ir hacia adentro y a lo profundo descubro lo que va cambiando: se movieron de lugar los miedos, se aprende a mirarlos de frente, también a soltarlos y especialmente ese que se centra en la incertidumbre, a sabiendas que lo único que me pertenece es el momento presente.
Percibo mundos alternos, reconozco fuerzas ocultas que transforman todo y me sorprenden de mil maneras, ya se quedarme quieta, y esperar que las cosas se muevan por sí solas y cambien de lugar, me regocijan los cambios, esos que tanto miedo me daban.
Aprendo a mirar desde lo próspero, desde los recursos propios de cada uno, reconociendo el gran poder que habita en todos, dejo de empequeñecer a los demás queriendo resolverles sus dificultades, sabedora de que cuentan con talentos vigentes listos a estrenar. Reconozco que por ley la vida es un sube y baja y que en algún momento habrá que perder, que hay lealtades absurdas que no me dejan avanzar, que la única fidelidad que puedo asumir es a mí misma, a mis convicciones, talentos, transformaciones.
Me seduce abrirme a nuevas experiencias, emociones, personas, lugares, aceptando lo nuevo como ropaje, así también mover y restaurar todo lo que se oxida y envejece. Reconociéndome activa en atender mis necesidades: las de mi cuerpo, pertenencia emocionales, sociales, de proyección. Deslindo a los demás el encargo de hacerme feliz y de darme lo que necesito.
Doy amor porque al entregar amor sé que regresa multiplicado, me abro al amor, le hago un amplio espacio para que pueda deambular a sus anchas dentro de mí.
Aprendo a vivir con menos pero en mayor expansión, pienso menos, hago más, más hacia adentro, hacia mí, menos hacia afuera, voy a donde quiero ir y elijo con quien estar, saboreo lo sorpresivo, fresco y espontáneo.
Detecto obscuridades anquilosadas guardadas con cerrojo, me doy cuenta cuando decido ofenderme, cuando me pongo, me engancho, me cuelgo de lo “adverso” o eso que me cuesta entender o que hace sangrar la herida, y me hago cargo si decido no tomarme personal las acciones de los demás, a sabiendas de que actúan desde su historia personal, creencias y motivaciones. Elimino juzgar, ponerle adjetivos a eso que sucede y me pregunto si esto que me afecta hoy seguirá siendo importante dentro de un año, y claro la respuesta es, que “esto también pasará”.
Ya puedo fluir en puro amor cuando así lo decido, en esa lucha por querer tener la razón, de mi ego, de mi soberbia, y ya puedo bajar la guardia y ser amorosa y compasiva, es indudable que en este camino de evolución por donde transito cada día estoy tomada de la mano de mis seres de luz y de esa inteligencia superior que rige nuestro maravilloso universo.
