Si como dice Milán Kundera en su libro la insoportable levedad del ser 

”en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es a su vez la imagen de la más intensa plenitud de la vida”

esto significa que una mujer cuando decide tomar su carga, esta misma le hace sentir integrada, enraizada, verdadera, completa. Para nosotras las mujeres tener una carga otorga significado y sentido a nuestras vidas?

En nuestra información genética subyace esta información: cuando los hombres salían de cacería y se ausentaban meses, eran las mujeres las que quedaban al frente del clan, alimentando, cuidando a los pequeños, protegiendo de los animales salvajes. Parir hijos, criarlos y estar al frente de todo lo que aconteciera.

Si nos atrevemos mirar desde afuera a esa mujer salvadora en ese intento de rescatar su mundo de manera leal e incondicional, y a la vez podemos conectar con nuestra fragilidad, esto es repartirnos en mil pedazos para cumplir con mucho más de lo que nos corresponde donde pretendemos abrazar la totalidad porque así fuimos enseñadas, porque así lo hicieron nuestras abuelas porque ellas intentaron lograr su  lugar  abarcando un sinfín de obligaciones y responsabilidades.

Pero los tiempos han cambiado y la mujer moderna necesita proyectar su significado evolucionando para sí misma, usando su empoderamiento para conocerse hacerse, restaurarse, reeditarse, abastecerse y evolucionar amorosamente.

Lo que necesitamos hoy es: experimentar que tenemos un lugar en el mundo, sentirnos plenas y realizadas, ser reconocidas en nuestro trabajo como mujeres , audaces, decididas,  y perseverantes, saber que valemos por lo que pensamos y sentimos no nada más por una linda cara, dejar de competir con los hombres por un lugar, hacer un trabajo concienzudo para transformar nuestro enojo en contra de ellos, dejar de estar a la defensiva esperando cosas malas de ellos para construir relaciones más equitativas. Contar con  un gran compañero que nos impulse, que no nos cele, que nos brinde confianza, que nos proteja, que nos abra la puerta, que nos invite a cenar, que nos sepa escuchar, que no minimice nuestros problemas  Sentir que contamos con alguien en cada una de nuestras búsquedas,  que hemos dejado atrás nuestra pasividad, y el dar en demasía, mirarnos a nosotras mismas frente a frente sin deudas pendientes, sabernos merecedoras solo de lo mejor: oportunidades, prosperidad, amor, relaciones afectivas saludables y enriquecedoras, Queremos una relación con nosotras que no sea de auto-exigencia ni desaprobación, dejar de pelear con nosotras por querer darle gusto a todo mundo, cuidar de nosotras con amor, dedicación, constancia, ,  no haciendo compras excesivas con tarjetas de crédito, más bien dándonos tiempo de calidad, para estar con nuestro ser, , buscar nuestra sanación emocional, de nuestra historia familiar, forjando una vida digna, hermosa, de calidad,

Existe una parte sabia en cada mujer, que necesita ser despertada y alimentada, que necesita ser nutrida para después empoderarla  y poner en alto las mejores cualidades femeninas como son el amor, la ternura, la empatía, la confianza, la protección, la alegría, la tolerancia etc. porque de tanto defendernos de los hombres, de tanta competencia con ellos no nos hemos dado la oportunidad de convertirnos en adultas positivas dispuestas a propiciar relaciones más igualitarias, más generosas, más amorosas, relaciones que nos llenen el corazón y permitan evolucionar de forma individual, de pareja como familias y como sociedad.

Todas y cada una de las mujeres de este planeta necesitamos  tiempo para nosotras mismas, mirar hacia adentro y darnos lo que más necesitamos ,identificar cada una de nuestras necesidades dejando de perseguir afuera y en los demás eso que tanta falta hace y debe ser despertado por nosotras y para nosotras.

Milán Kundera, La insoportable levedad del ser, Tusquets edit .Méx 1992.pp13