¿Se puede elegir un amor a la medida?

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Algunas generaciones hemos crecido con la creencia de que la duración de una relación afectiva es proporcional a nuestro  buen desempeño  como compañeros, esto es que si esta misma relación es muy corta significa que  uno es un fracaso, y es quizá por ello que cuando percibimos que algo anda mal en la relación hacemos demasiadas concesiones para que esta dure, al  igual     nos aferramos a ella e implementamos un sinfín de estrategias en nuestro afán de conservarla. Y si además luchamos solos porque al otro  parece no importarle  lo traumático es que a la larga vamos a tener costos emocionales muy lastimeros: el desgaste emocional, el daño a nuestra valía personal, expectativas rotas, sueños, motivaciones y pérdidas de toda índole representan un capital no recuperable.

Claves para identificar puntos en común

  1. Para que una relación funcione  lo más importante es el diálogo que tenemos con él o la compañero(a) y equivale a contar con un  espacio seguro para ventilar todo lo que nos afecta para bien y para mal, esto es  poder hablar abiertamente y de ahí   pasar a tomar acuerdos que guíen la relación. Una buena Comunicación es el oxígeno de la relación: resulta inadecuada cuando no nos sentimos capaces de expresar nuestros sentimientos, evitamos hablar del futuro, le tenemos miedo al compromiso, nos da miedo preguntar o sugerir y además  toleramos actitudes de desaprobación, o después de una disputa hacemos como que nada paso, no se piden disculpas ni proponemos soluciones. Estos son focos rojos de que algo no está funcionando.
  2.   Si por ejemplo yo deseo que mi pareja me llame a diario, que conteste mis mensajes si no inmediatamente por lo menos durante el día,  esto no tiene nada de malo, lo malo es esperarlo de alguien que piensa diferente y para la cual solo es necesaria una llamada  una vez a la semana. Encontrar a alguien que nos quiera como a nosotros nos gusta o mejor dicho que tenga un estilo afectivo o forma de amar afín al de nosotros es el primer punto a investigar para estar en condiciones de emprender la aventura del amor.
  3.  Walter Riso notable escritor y terapeuta menciona nueve estilos afectivos entre los que cabe destacar: 1º histriónico teatral, 2° Paranoico vigilante,3º pasivo agresivo,4º narcisista egocéntrico,5º obsesivo compulsivo,6º antisocial pendenciero,7º esquizoide ermitaño, 8° ,limítrofe inestable  y que tienen como característica esencial  lo difíciles de abordar y tolerar, el 9º sería el seguro y es el que  resulta deseable. 
  4.  Nuestras formas de apegarnos-. El apego es un concepto acuñado por el psicoanalista John Bowlby en 1958 y lo define como un modelo del ser humano  para establecer vínculos y  representado como la  necesidad primaria de  búsqueda de proximidad duradera con los otros, ya que este determina la forma en que se establecen relaciones con los demás,  Los estudiosos clasifican al apego en cuatro categorías: apego seguro,  evitativo, ambivalente y desorganizado, y que puede ser desde la confianza o desconfianza, proximidad y alejamiento, disponibilidad o rechazo es así como la  ansiedad y separación adquieren significación en este contexto.
  5. Revisar el grado de afinidad, Ese dicho o creencia popular de que los polos opuestos se atraen debería traer en las indicaciones que puede ser destructivo, pues a la larga eso que nos cautivó se pudiera convertir en motivo de pleito. Ser abiertamente cariños o  un poco fríos, distantes o muy sociables o algo ermitaños, muy pulcros, algo desaliñados, ordenados o desordenados son elementos que pueden decidir el éxito o fracaso de una relación.
  6.  Valores compartidos, tiempo para dedicar a la relación, cercanía, expectativas, metas en común a mediano y largo plazo, el grado de satisfacción que brinda la relación y en especial el grado de comodidad que se experimenta con la otra persona.

Revisemos ahora algunos aspectos más

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Mirar la relación con objetivos diferentes: esto es el para-qué  de una relación.  -pudiese ser que uno de los dos esté tomando la relación de manera relajada y sin mayor compromiso, mientras la otra parte ya va pensando en aspectos como matrimonio, familia, proyectos a largo plazo, es aquí donde hay que revisar pues van a surgir presiones, frustraciones e incomodidades que más tarde o temprano abrirán una brecha en la relación.

La relación se enfoca a la construcción de un vínculo seguro y estable que nos motive, nos fortalezca, nos de estructura y además nos aporte satisfacción de algunas necesidades también llamadas relacionales como son: afecto, intimidad,  compartir, contacto, contribuir al bienestar y desarrollo del otro, ser comprendido, escucha, interdependencia, cercanía, solidaridad, celebración, gratitud, confianza en sí mismo, entretenimiento, humor, y muchas otras más, lo cual significa  estar abiertos a saber que se necesita de mí  y a su vez atrevernos a pedir lo que nos hace falta.. Emparejarse puede resultar una maravillosa experiencia que nutra y le sume a nuestras vidas  o también un lastre que implique un sinfín de frustraciones y sufrimiento.

Bibliografía; Amores altamente peligrosos Walter Riso Ed. planeta Méx. 2018

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2 Comentarios »

  1. Elegir un amor a la medida? No exactamente, conocernos a nosotros mismos implica un largo tiempo de nuestra vida, entender nuestra forma de ser para entender al otro ya que es como un reflejo. Es un gran trabajo y aprendizaje continuo donde bien lo comentas la comunicación es esencial y de la cual carecemos en muchas ocasiones.
    Gracias Caro. Saludos

    Me gusta

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