MERECES SOLO POR EXISTIR

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Quien merece ser amado también debe tener la capacidad de saber amar, de saber reconocer al otro como parte de sí mismo. Es un acto de libertad y de expresión personal que nos hace grandes, y que todos merecemos experimentar.

El merecimiento es el sentimiento de confianza en la vida, de que mucho nos sustenta, nutre, restaura, anima, e  ilumina, pues nos aporta todo lo que necesitamos cada día para hacer frente a los  retos de nuestra vidas, son recursos   que van a estar para nosotros aunque no sepamos cómo van a llegar Todos merecemos de forma incondicional, solo por el hecho de existir, no necesitamos ganar ni demostrar nada para tenerlo. El merecimiento es necesario para el bienestar psicológico y emocional. Podría entenderse como el sentimiento de valía y dignidad personal con independencia de los logros, fallos o cualidades. Condicionar el merecimiento a factores externos puede arruinar nuestras vidas.

Es importante contar con un amor propio incondicional que nos permita cometer errores y aceptarnos con ellos; pero, del mismo modo, hemos de hacernos responsables de nuestros actos.

Tengo claro que en mi vida merezco ser amado/a, valorado/a y respetado/a, y no por ello soy egoísta ni construyo castillos en el aire. «Quiero que mi alma ría, y que mi corazón  se sienta reconfortado por haber encontrado su lugar en el mundo».

«Mi corazón resplandece de gratitud por el don de  la vida. Gracias ser superior por la oportunidad de experimentar este precioso cuerpo y esta maravillosa mente, hoy los acepto así tal y como son con todas mis emociones, mis esperanzas, sueños y personalidad única. Pues para moldear y formar una vida deseada tengo que mantener mi pensamiento en positivo. Agradezco a la fuente por su amor incondicional que lo crea y provee todo, y es donde siempre me encuentro en amor y felicidad».Hubo dolor, trauma y , dificultad que se reunieron a lo largo de mi vida y que me enseñaron a ser cada día mejor, y la importancia de amarme a mí, me siento agradecida por mi gratitud que sana limpia transforma y enaltece mi vida.

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«Gracias por este maravilloso universo que está más allá de mi comprensión. Por toda la sabiduría adquirida en este viaje, por la fe y la esperanza, por los abrazos, palabras, sonrisas que siento cerca, por la abundancia siempre presente, y por darme cuenta de que todo lo vivido era necesario para mi aprendizaje, así exactamente como ha sido» ( i )

No sentirnos merecedores o insuficientes es una herida de rechazo de la infancia que debemos abrazar para no perpetuarla, desarrollar la paciencia y ternura con esa parte nuestra que necesita cuidado. Limpiar la herida, poner pomada, vendajes, y todo lo que requiera para sanar.

Que yo sea capaz de valorarme es lo primero porque mientras sea suficiente para mí con eso basta. Aceptar mi des-elección con entereza y madurez cuando otros no me invitan o eligen esto no tiene nada que ver conmigo, está bien no encajar en todos lados, está bien ser selectivo con nuestras elecciones.

La falta de merecimiento puede llevar a aceptar y mantener relaciones nocivas. Si una persona no se considera digna de amor y respeto por sí misma, puede terminar por justificar agresiones y malos tratos de parte de su familia, pareja y contexto donde se desarrolla.

Además, algunas investigaciones  han encontrado que la falta de merecimiento puede reducir los esfuerzos por lograr resultados favorables y estados de ánimo superiores en alegría y contento. Es decir, el sentirse indigno reduce significativamente la motivación para mejorar los estados internos negativos, especialmente en las personas con baja autoestima, esta pudiese ser una causa de la depresión como un estado emocional continuado

Todos nosotros merecemos ser queridos por los nuestros y cuando no sucede así nada tiene que ver conmigo, esta es una discapacidad que habla de los otros, no de mí, empezando por una familia, pasando por nuestras amistades y llegando sin duda a una pareja que sea capaz de prodigarnos un amor consciente, maduro y con reciprocidad.

El amor propio es el que te dice como ser amado, si quieres un amor sin lágrimas, con palabras sinceras y no con ironías, quieres cercanía y complicidad y no redes de manipulación ni un amor cautivo cargado de sufrimiento.

Es el amor propio quien te dice además que mereces respeto. Que nadie tiene porque discriminar tu persona ni tus palabras porque sabes que las palabras que ofenden y dicen mentiras duelen,-puedes captar el tono lesivo de quien así se comporta- por eso lo evitas, te proteges, y pones límites.

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Quienes mejor reciben son. quienes agradecen de antemano porque saben el poder de agradecer antes de haber recibido. Hay que saber pedir con una buena intención: desde el júbilo, la  alegría y gozo de sentir que ya lo tenemos.

( 1 )Guadalupe García Carrera

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