Revise mis heridas de infancia -ahí seguían- entonces puse vendas y pomadas, y volví a emprender camino, ligera de equipaje, lúcida y decidida, ahora con más coraje, mirando claro y de frente, con la firme determinación de limpiar mi pasado; de dejarlo sano, glorioso y único, dispuesta a trabajar en mi historia, una historia de hora en adelante mejor contada, eligiendo tomar desde hoy solo lo que me alimenta de la vida, sin mayor intención que estar en total presencia para poder ir atravesando al alma de las cosas: seres, plantas, animales, bien activa en la alquimia ahora de mis emociones, percepciones y sensaciones -habitando el ser- y selectiva de todo lo que en mí dejo entrar .

Y fui atravesando  ríos, mares, desiertos, dunas doradas, dance en ciudades raras, donde no había paredes, no había muros, no había piedras, ni distancia,  solo  colores que bailaban, que murmuraban te amo, y vestida con  plumas multicolores y joyas preciosas recibí mi penacho con incrustaciones de jade, cada acorde, cada nota penetraba hasta mis huesos, sentí como entraban por mis poros, capas de piel, recorrían tendones, fibras nerviosas, reacomodándose muy adentro de mis energías  y como se iba anidando en cada pedacito de piel,   entre acordes ,danzas, celebración y el elixir para el ser, conocí el amor por vez primera,  nunca me extasíe tanto, había calor en mi corazón que todo lo abarcaba, y tenía que darlo porque de lo contrario me consumiría, nunca estuve más arriba, y tan abajo, en dos tres planos al mismo tiempo, en un tiempo sin tiempo, en un amor inmenso, en una gratitud infinita, mi corazón palpitaba y sonreía, no dejaba de reír, gozoso y ardiente creí  estallar, mire a Dios de frente y me sonrió, me tomo de la mano y me señalo un camino, bendijo mi andar por los mundos, y por esta mi tierra, me susurro al oído, -decide que quieres?- -Ve por él.. ahí está-, -¡es todo tuyo, te está esperando!-… temblaba mi cuerpo, temblaba mi espina dorsal y, no había miedo, ni dudas, ni mente galopante, tampoco recuerdos, todo cobraba vida, tenía sentido estar y ser era lo más hermoso y gozoso que nunca había sentido, así que dance, con la luna, con el sol, con cada una de mis estrellas, no me cansaba, solo éxtasis de amor , así seguí hasta que amaneció. Cuando abrí los ojos estaba acurrucada en una piedra a la orilla del mar escuchando su murmullo, aleteaba en mi interior una melodía dulcísima que sigue en mi ser después de varios días y quizá nunca parará.