Se acercan las fiestas navideñas, muchos convivios, cenas, brindis, reuniones a las que debemos asistir, y aunque en cada grupo haya gente con la que no simpatizamos, se pasa por alto todo esto y solo sonrisas, abrazos y buenos deseos se tienen para regalar. Una de las reuniones más controvertidas son las de los parientes de origen: hermanos, sobrinos, cuñados y descendencia, y más difíciles cuando el pilar que daba estructura es decir mamá o papá ya no están vivos. En este tipo de reuniones vamos a ver de todo: Los que ponen cara de extriñidos y no pueden ser amables con casi nadie, los que siempre llegan tarde pero además no traen el platillo terminado sino que todavía requieren de tu gas, tus trastes, condimentos y tiempo para finalizar la preparación, están también los que siempre olvidan el regalo que les toco y que prometen muy puntualmente restituirlo aunque todos sabemos que eso nunca va pasar. Están los que te saludan efusivamente, aparentemente con mucho cariño pero que hablan muy mal de ti a tus espaldas. Los que se pasan de tragos y andan haciendo desfiguros, de todo lloran, te abrazan y prometen estar contigo pase lo que pase. También están los que vienen de lejos y llegan a instalarse varios días sin preguntar siquiera ¿si los podemos albergar?

Este acarreo tiene como finalidad exhibirse en redes sociales como una familia UNIDA y ejemplar, y se presume que siguen unidos gracias a que la mayoría obedecen y  difícilmente se preguntan el ¿para que ir? Más bien asumen que esa es la tradición y debe conservarse siempre. Nadie sabe cómo surge esta costumbre?,  Con qué propósito?, si se deben modificar algunos puntos?, si sirven efectivamente para reafirmar lazos?, si resultan satisfactorias para todos y de qué forma deberían de actualizarse?.

Navidad es un tiempo especial para ir hacia adentro y conectar con nuestra espiritualidad, nuestra necesidad de pertenecer, de regalar, de sentirnos parte de un todo grandioso y amoroso,, y al parecer nuestra relación con la familia ha contado hasta ahora para experimentar esa vinculación. Sin embargo no todas las familias saben sobrellevarse, no en todas se puede convivir en armonía,. Por ello si hemos decidido pasar este día de forma diferente -solos tal vez-, hagámoslo como un regalo muy personal, como esa bonita oportunidad de experimentar nuestra intimidad Te atreves?