Gozar hoy de salud integral requiere haber atendido nuestras heridas de la infancia, ya que un niño sano es alegría, intuición, curiosidad, aventura. Vamos pues a relacionarnos desde nuestra bien lograda salud emocional.
Porque pensar se ha vuelto una enfermedad? no es un signo de personas inteligentes el pensar? Porque nos afectan los trucos y mentiras de la mente? Es tiempo de conocer como funciona y el poder que le hemos dado.
Qué clase de vínculo hemos establecido con nuestro cuerpo, le cuidamos o le ofendemos, siendo nuestro vehículo que traslada a cualquier parte es bueno reconciliar con el y procurarle lo mejor.
La desconfianza y los celos se aprenden en casa, podemos aprender a controlarlos y a construír una sana confianza si desactivamos programas mentales y los remplazamos por otros que nos generen bienestar y felicidad.
Educar la mente, reconocer nuestras emociones, aprender a gestionarlas, ponerlas a nuestro servicio es parte de la educación emocional que necesitamos para gozar de nuestro presente, encausar nuestro futuro, conservar nuestra luminosidad y alinearnos con el plan infinito.