Gozar hoy de salud integral requiere haber atendido nuestras heridas de la infancia, ya que un niño sano es alegría, intuición, curiosidad, aventura. Vamos pues a relacionarnos desde nuestra bien lograda salud emocional.
Nuestra mente es energía, esta relacionada con el propósito y la voluntad, lograr integrarlos en un trabajo armónico nos puede dar un grado de equilibrio y bienestar superior.
El amor es verbo, es poner en práctica, echar andar, preocupación activa por el bienestar del otro, alegrarnos de sus triunfos, permitir su engrandecimiento. Trascender el amor individualista para sentirnos vinculados a la humanidad.