Importancia de la Salud Emocional en la Vida Diaria

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“La salud mental es un estado de bienestar tanto físico como emocional que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida. Así también   desarrollar su potencial en muchas de  sus  habilidades y poder aprender y trabajar adecuadamente para   contribuir así a la mejora de su comunidad”.

LA SALUD EMOCIONAL se refiere a las formas adaptativas con   que manejamos nuestra vida diaria y nos relacionamos con los demás de acuerdo a los  ambientes que frecuentamos.  También tiene que ver con la manera en que equilibramos nuestras necesidades, anhelos, habilidades, ideales, sentimientos y valores para hacer frente a las múltiples demandas de la vida.

“Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta auto-lesiva”.

Veamos algunos rasgos característicos de afecciones y trastornos, siendo los más comunes: el narcisismo, aplanamiento moral, mentir de forma habitual, no sentir remordimiento por acciones dañinas a lo demás, impulsividad incontrolable, poner en riesgo la integridad física, tener codependencias destructivas como apostar, alcoholismo, drogadicción, pornografía, uso de substancias tóxicas, medicamentos para dormir y despertar, trastorno obsesivo compulsivo, bipolaridad, ansiedad, depresión, baja autoestima, tendencias suicidas y otras más.

La mayoría de nuestras enfermedades mentales provienen de la voz interior, los sentimientos de inferioridad, las comparaciones, y las exigencias que nos autoimponemos, ademas hay un exceso de positividad, esto es hacemos todo lo que queremos, pero esto que hacemos no siempre nos beneficia, muchas veces resulta destructivo.

Una persona que permanece enojada el mayor tiempo de su vida, maldiciendo u odiando a los demás, o victimizándose- evidentemente no goza de una buena salud mental aunque viva en circunstancias favorables para su desarrollo. Y efectivamente podemos reconocer que nuestra salud mental está estrechamente ligada con el adecuado manejo de nuestros pensamientos y emociones es decir que hacemos con lo que nos pasa cuando las cosas se ponen difíciles. Sabemos que sentir nos humaniza, así también sabemos que hay emociones que nos construyen y otras que crean aflicción. Pensar es inteligente siempre y cuando seleccionemos lo que contribuye a sentirnos bien, o bien tener muy identificado nuestro diálogo interno y la forma en que lo gestionamos nos permite tomar las riendas de nuestro equilibrio emocional.  Desarrollar una adecuada  tolerancia a la frustración, confiar en el proceso de la vida, pedir ayuda, dejarse ayudar, contar con grupos de apoyo, desarrollar resiliencia, aprender a respirar adecuadamente, ejercitarse físicamente, cuidar las horas de sueño, ser optimista, rodearse de personas valiosas,  elegir emociones favorables son solo algunos de los recursos que pueden hacer la diferencia entre una  sana o enferma.

La mayoría de los humanos hemos experimentado algunas afecciones y trastornos, así también sabemos de algunos rasgos desfavorables a nuestra salud mental. No se está bien todo el tiempo, lo importante es ocuparse cuando algo se desajusta. La línea que separa no normal de lo anormal es sumamente delgada…como identificar entonces?

Se podría pensar  que los enfermos mentales están encerrados en hospitales o  instituciones de salud  donde son custodiados y medicados, restableciéndose para regresar a  su vida cotidiana, pues no mis señores estas personas respiran, se alimentan, duermen y conviven con nosotros a diario, algunos  por no decir la mayoría deambulan entre nosotros, son familiares, amigos, compañeros de trabajo, son personas común y corriente que llevan una vida normal en apariencia.

“La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente llámese calentamiento global u otros también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental”.

Son multifactoriales las razones que dan origen a las enfermedades mentales: condición genética, entorno ambiental, tipo de familia, etc., pero lo más importante son las habilidades de afrontamiento ante circunstancias adversas.

Todos conocemos y hemos convivido con personas que parecen una olla de presión a punto de explotar, con quienes resulta imposible tener una charla tranquila, que están en contra de todo, que no pueden responsabilizarse de su mal humor, negatividad e ironía, del faltante de responsabilidad afectiva, y cuya cercanía nos altera, desequilibra, resquebraja el buen ánimo y nos hacen sentir chantajeados y extorsionados emocionalmente. Aprender a ser selectivos de quienes elegimos para rodearnos y convivir es un factor de salud emocional.

La mayoría de  personas  tenemos un gran potencial para ser felices, ese potencial está en cada uno, sin embargo, hay que aprender a usarlo, esto es, colocarlo al servicio de nuestro bienestar.  Nuestro bienestar emocional es un legado que seguramente hemos construido y capitalizado a base de estrategias para protegernos de los ataques de afuera, tanto de personas tóxicas, o de noticias amarillistas y de todo aquello que resta armonía, desarrollar una plena conciencia de ello nos permite estar receptivos a lo que nos incrementa salud y por lo mismo vida.

Fuentes:

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