Dar una segunda oportunidad
En el cofre de recuerdos afectivos perduran vivencias de las parejas que más nos amaron, las que nos transformaron, también así las que nos lastimaron. Si en tiempos pasados… Leer más Dar una segunda oportunidad →
En el cofre de recuerdos afectivos perduran vivencias de las parejas que más nos amaron, las que nos transformaron, también así las que nos lastimaron. Si en tiempos pasados… Leer más Dar una segunda oportunidad →
Amamos desde nuestras heridas, creemos que amar es controlar, condicionar, chantajear, y matamos lo bello que pudo haber sido tener y estar con la otra persona. En toda relación sana existe la confianza y permitimos que vaya fluyendo.
El amor se cierra con amor, con agradecimiento, reconociendo todo lo que hizo posible en nosotros el haber caminado por la vida tomados de la mano de alguien. No somos víctimas, no es posible el odio, sino la dignificación de esa nuestra relación poniendo nuestros errores al servicio de la vida y de un camino feliz, sea en pareja o no como afirma Joan Garriga.
Nuestra mente es energía, esta relacionada con el propósito y la voluntad, lograr integrarlos en un trabajo armónico nos puede dar un grado de equilibrio y bienestar superior.
Llegamos a nuestra juventud creyendo que en algún momento nos vamos a encontrar con la persona ideal y seremos felices para siempre. El buen amor se edifica, requiere de nosotros entrega y compromiso, bien lo vale, tener un buen amor nos vuelve inmensamente completos.
Una de las tareas más difíciles es el rol de madre, mismo que se practica en la improvisación, nadie enseña mas que nuestra misma madre, de generación en generación repetimos los mismos errores.nComo podemos hacer para tener hijos más sanos.?
Las emociones destructivas son aquellas que dañan a los demás o a nosotros mismos. Desde la perspectiva darwiniana las emociones destructivas perduran en nosotros a modo de vestigios de aspectos… Leer más EMOCIONES DESTRUCTIVAS O AFLICCIONES MENTALES →
El amor es verbo, es poner en práctica, echar andar, preocupación activa por el bienestar del otro, alegrarnos de sus triunfos, permitir su engrandecimiento. Trascender el amor individualista para sentirnos vinculados a la humanidad.