VINCULOS PODEROSOS REQUIEREN CHARLAS INCOMODAS

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Hay relaciones de familia estilo patriarcal donde predomina la imposición más que diálogo . Esta práctica de subordinación subsiste en algunos sistemas familiares por el apego a creencias tales como que castigar con mano dura es lo mejor o que hay que imponerse para hacerse respetar. Son relaciones autoritarias gobernadas por la rigidez e intransigencia. Cuando un jefe de familia decide por todos,  -se asume el silencio como incondicionalidad  pero internamente para  algunos  hay rabia, impotencia, inconformidad por lo injusto. El callar para no ser el inadaptado u oveja negra ni tampoco crear discordias y enfrentamientos, conlleva un precio elevado que van carcomiendo los vínculos afectivos de los que así perciben la imposición. Estas emociones no expresadas se convertirán en brechas que los irán separando. Todas las emociones no expresadas causan dolor, mucho dolor que va minando la apertura y disposición a expresarse espontáneamente, por lo mismo la relación se gasta y deteriora, es entonces que cada uno elige un  camino diferente. Esto mismo se repite entre hermanos y su descendencia de tal manera que  simples charlas para limar asperezas se convierten en motivo de bronca y enemistad, porque se vive muy a la defensiva el recibir alguna llamada de atención, comentarios o el querer marcar algún límite. Al parecer todos deben estar de acuerdo en todo y empujar parejo para el mismo rumbo,¿ y que sucede con los que miran diferente?¡ Los que quieren, hacen y desean en diferente dirección? Se evita hablar de lo que resulta incómodo, no debe haber diferencias, entonces le quitamos importancia, o incluso lo tomamos de broma. Hipocresía, omisión, restar importancia, faltarnos al respeto y de ninguna forma saber pedir disculpas, con la creencia deformada de que todo se arregla con el tiempo de manera automática.

La lealtad de pertenencia a un clan familiar desde el punto de vista de las constelaciones familiares  es una condición que pertenece al subconsciente, pues hay la creencia profunda  de que ser diferente es ser defectuoso. Con esto podemos suponer  que la desviación es vergonzosa e inaceptable. Se defiende la creencia de que mostrar inconformidad, enojo o malestar hacia lo establecido por el clan es algo que insoportable por tanto hay que  reprimir -cuanto maltrato nos toque- no solo en casa, también en la escuela, trabajo, con amigos y  vecinos. Dado que  la  necesidad de complacer nos pone en alerta permanente, emplearemos muchas maniobras para no incomodar, se llega a la conclusión  es que no tenemos  derecho a inconformarnos, que nuestra opinión no cuenta, que los demás pueden pisotearnos y que al contrario debemos pedir perdón por existir, Nos creemos poca cosa, insuficientes y sin derecho a recibir y lo más doloroso es que los demás lo ven y se aprovechan, sacan todas las ventajas posibles. Para cambiar estas creencias y por consiguiente nuestras actitudes hay que realizar un gran trabajo profundo para tocar este trauma y disolverlo y así ir creando recursos de contención que nos sustenten.

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En esta nueva dimensión de nuestra nueva conciencia vamos abandonando estos patrones de convivencia y nos abrimos a otros más integradores, saludables y gratificantes lo cual significa aceptar que en toda relación debe haber espacio seguro para hablar no solo de lo bonito sino también de lo desagradable Comprender las polaridades de toda relación, calor y frio, obscuro y luminoso, cercano distante  porque es así como integramos las piezas que conforman una relación total y  completa.

Empezar a hablar de lo que nos incomoda requiere desarrollar algunas habilidades de afrontamiento: y la  primera es que  no podemos hacerlo de manera reactiva, esto es con enojo, gritos, exigiendo o golpeando. Podemos hacerlo con firmeza y suavidad así también mostrando al otro -como yo me siento-, por ejemplo,  “cada vez que  te burlas yo me siento ofendido y poco querido por ti y no quiero recibir eso  te pido por tanto que no lo vuelvas a repetir”

Actitudes de descalificación, sarcasmo, ironía, burla y que sacan a la luz a nuestro animal dormido  deben hablarse y revisarse para hacer cambios en nuestros modelos de comunicación. Habrá gente que tenga un excelente disposición a modificar sus formas y habrá quienes lo tomen como una ofensa y se alejen, esto es absolutamente normal, abrirse  a cambios substanciales en las relaciones requiere tener la convicción de que cuando una relación vale la pena hay que defenderla modificando todo lo que no contribuye a su mantenimiento. Cerrarse es propio de personas que están acostumbradas a manipular a los demás, rígidas, controladoras, abusivas, soberbias e intolerantes con las cuales e recibe muy poco por lo que resulta mejor alejarse de ellas

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