TU Y YO SOMOS UNO MISMO
Roberta decidió liquidar su relación de pareja con Ramón del que juraba ser «el amor de su vida», llevaban ya tres años de vida en común.
Lo que llama la atención es el detonante que provoca esta ruptura. Hace algunos meses Roberta tramitó un intercambio de universidad con otro país para realizar prácticas concernientes a su profesión. Ella y Ramón refrendaron el compromiso de permanecer fieles a su relación apoyándose uno a otro en todo lo que fuese necesario.
Roberta fuera de casa descubrió muchos de los acuerdos (implícitos y explícitos) que mantenía con su “ratoncito” a quien llamaba así de cariño, mismos que limitaban la expresión, expansión y realización de cada uno. Roberta renuncio a bailar, a socializar con amigos, ir a fiestas en resumen al ambiente chispeante y jocoso imperante con su familia de origen, solo para no discutir con Ramón. Lo que más impacto causó en Roberta es el que ahora dispone de su libertad, misma siempre había estado ahí en sus manos, pero que ella no había tenido el valor de defenderla en aras de una “relación estable”
Muy pronto se dio cuenta que ni siquiera extrañaba a su amado Ramón. Y sucedió lo que tenía que suceder, al mes ya había tronado su relación. Ramón no pudo cumplir sus promesas, se hizo de la vista gorda con muchas necesidades emocionales y materiales de Roberta.
Ella sin su freno de mano se animó a vivir experiencias de vida que habrían sido imposibles de compartir con Ramoncito. Se dio permiso de vivir la vida como siempre había soñado. Después de cuatro meses Roberta conoció a otro enamorado con el que no piensa repetir la misma historia.
Este tipo de relatos no existirían si una relación de pareja acepta y respeta la singularidad de cada uno, y tiene como puntos de equilibrio la atracción, la admiración, la confianza, los propósitos en común y en el apoyo incondicional y mutuo para que ambos se conviertan en la mejor versión de sí mismos.
Ahora mismo existen mujeres que entregan su quincena al marido para que este sea quien decida cómo y en que gastar los ingresos de ambos. Existen todavía algunas especies de hombres que prefieren mujeres que no piensen, que no cuestionen, que acepten y cierren la boquita, de lo contrario va haber discusiones interminables En la actualidad quedan muchas mujeres que piden permiso para todo, que dan una lista de pormenores al marido de su diario acontecer, mujeres que no tiene amigas, que su tiempo es exclusivo de los hijos y del marido. Mujeres que nunca se relajan, que siempre están ocupadas aceitando el engranaje de eso que llaman hogar.
Pero ojo, el mundo ya giró existen demasiados hombres a los cuales ha dejado de interesar el tener sometidas a sus mujeres, porque están conscientes de que todo se ha transformado y que en la vida de pareja es piedra angular la confianza como una práctica de libertad. Cada cual viviendo su plan y proyecto de vida, cada cual aportando lo que corresponde como pareja, con proyectos personales, con planes a futuro, con una visión amplia y a la vez integradora de su caminar por este mundo.

Estoy muy de acuerdo ,leyendo me reconocí en este tipo de relación ,y creo que es precisamente el hecho de conceder y creer que uno ama más al otro que a una misma,lo que lleva al fracaso tarde o temprano a la relación!
Porque entonces,le da uno poder al otro sobre nuestra vida misma!!!! Y eso es muy peligroso!!!!Gracias amiga por compartir!
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Me alegra que entendamos la diferencia entre amar y conceder, en el buen amor cada uno es tal cual, hay aceptación y regocijo por el otro, se honran las diferencias!!! Gracias
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